Ruta por los grandes parques del oeste de Canadá

El oeste de Canadá reúne lo mejor de los parques nacionales, sitios que obligatoriamente debemos visitar si vamos a viajar por esta zona de Canadá. Esta zona del país posee una combinación única de costa, montañas, bosques, picos helados, praderas, y hasta aguas termales, lo que lo convierte en un atractivo natural como pocos en todo el continente. 

En esta ocasión nos acompaña Miguel, quien nos va a explicar con todo detalle su experiencia por los grandes parques del Oeste de Canadá 🙂 

Paso la palabra a Miguel. Espero que disfrutes de leer su aventura tanto como yo: 

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Hola, soy Miguel. Y voy a contarte mi propia experiencia visitando algunos de los mejores parques nacionales del país en la ruta que hice por los Grandes parques del oeste de Canadá. Fue una experiencia apasionante, que me impactó tanto que he decidido compartir el itinerario con todos los lectores del blog de MeVoyACanadá. El recorrido fue agotador, pero valió muchísimo la pena. Cada lugar visitado nos dejó sin aliento, hay tanta belleza junta que es imposible explicarlo con palabras. 

El itinerario fue el siguiente: 

Día 1: Vancouver 

Empezamos nuestra ruta en la ciudad de Vancouver, esto nos permitió prepararnos para el viaje, descansar y preparar fuerzas, e incluso, pasear por los sitios emblemáticos de la ciudad. Aprovechamos la estancia en Vancouver para realizar los trámites del alquiler del coche con el que haríamos nuestra travesía. 

Por razones de comodidad y por el hecho de viajar con niños, decidimos alquilar un coche para conducir todo el trayecto de la ruta. Sin embargo, es importante destacar que el transporte público puede ser una alternativa para el viaje, aunque tendremos que adaptarnos a horarios y los trayectos serán algo más largos. 

Decidimos hacer el viaje en verano, ya que el tiempo acompaña mucho más y para el tipo de actividad que queríamos hacer, que era principalmente senderismo, es la mejor época. Además, algunos parques ubicados en las latitudes más elevadas cierran durante todo el invierno, el final de otoño hasta el inicio de primavera. 

Día 2: Vancouver, Parque nacional Manning, Penticton 

Viajamos de Vancouver al primer parque de la ruta, el Parque Manning. Este parque está justamente en la autopista principal de Vancouver, por lo que el trayecto, de unos 390 kilómetros, fue bastante sencillo y tranquilo. Como viajábamos con niños, hicimos un par de paradas para ir al baño, tomar algo y poner gasolina. 

Cuando llegamos al parque, fuimos lo primero de todo al aparcamiento (de pago) y luego al centro de visitantes. El importe del aparcamiento fue de 4 CAD, y lo mejor de todo es que esta cantidad es independiente del tiempo que esté estacionado el vehículo, ¡la tarifa es la misma! 

En el centro de visitantes revisamos el mapa del parque y hablamos con el personal de seguridad del parque. Compramos nuestro ticket de entrada, por el cual tuvimos que pagar en efectivo puesto que es la única forma de pago aceptada. Posteriormente, descubrí que existe la posibilidad de comprar por internet las entradas, con lo que me hubiera ahorrado unos pocos dólares. 

En el centro de visitantes nos informaron de la presencia de osos y otros animales salvajes, por lo que nos dieron algunas recomendaciones en caso de encontrarnos con alguno en plena naturaleza. Es obligatorio tener a mano el spray repelente de osos y nuestro teléfono móvil, aunque luego caímos en la cuenta de que pocas áreas del parque tiene cobertura para móviles. 

Aunque el parque está abierto las 24 horas, con los servicios no sucede lo mismo. El parque Manning cuenta con centros de campaña donde la gente puede comer, usar el baño y comprar algunos alimentos, aunque hay que revisar los horarios a la hora de preparar nuestra ruta, ya que podemos encontrarnos con que determinados sitios estén cerrados cuando lleguemos.  

En este parque visitamos el sendero de Dwedney y las planicies de Rhododendron, y aprovechamos para hacer muchas fotos y videos del paisaje y de la flora y fauna del lugar. El sendero Dwedney ofrece una vista espectacular del lugar, es una ruta muy fácil perfecta para principiantes y para ir con niños. Creo que la mejor decisión que tomamos fue pagar por un tour por los espacios más conocidos del parque junto al personal experimentado. Terminamos este paseo en el pueblo de Penticton. Pasamos la noche en una cabaña bastante cómoda, con lo básico, y continuamos nuestro viaje al día siguiente. 

Algo que aprendimos del primer día en el parque es que resulta más económico llevar nuestros propios alimentos y bebidas para el picnic. El alojamiento y las comidas dentro del parque no son nada baratos. De hecho, fácilmente puedes gastar 30 CAD al día en comida sin tomar nada espectacular. 

A continuación una tabla con información interesante del lugar: 

Ubicación Área Ciudades más cercanas Tarifas Horarios 
Columbia Británica 7500 BC-3, Canadá 83671 hectáreas Hope, Princeton, Eastgate, Sunshine Valley 5 CAD (por persona) 20 CAD (grupos) Abierto las 24 horas (ciertas restricciones aplican en invierno) 

Día 3: Penticton, Okanagan, Revelstoke 

Hicimos el recorrido desde el pueblo de Penticton, luego Okanagan y, finalmente, a Revelstoke. El pueblo de Penticton es una parada que todo viajero que pase por la zona debe hacer, está ubicado dentro del parque y es una verdadera joya para los sentidos. Además de ser un pueblo precioso, está muy cerca del Lago Okanagan y las montañas del mismo nombre. El clima aquí es bastante fresco y el hecho de estar cerca de las playas lo convierte en un destino ideal para toda la familia. 

Visitamos la Granja Okanagan Game Farm, un emblemático sitio para descansar, comer y estar en contacto con animales de granja. Esta granja está muy cerca del pueblo de Penticton y el ticket de entrada realmente vale la pena pues son apenas 3 CAD.  

Pasamos la noche en Penticton, concretamente en el hotel Valley Star Motel. Ahí nos trataron muy bien, la habitación nos costó 60 CAD e incluía desayuno, parking y wifi. La habitación era muy bonita y cómoda, y pudimos descansar y reponer fuerzas. Hay que destacar la oferta de alojamientos (hoteles, moteles, albergues, airBnb) en Penticton es bastante amplia, para todos los presupuestos y gustos, sin embargo, el denominador común son los altos precios, sobre todo en la temporada alta (principalmente verano). 

Día 4: Parque nacional de los Glaciares, Penticton, Okanagan, Revelstoke 

En este cuarto día de recorrido, aún en la Columbia Británica, quisimos conocer el Parque Nacional de los Glaciares. 

Después de salir del pueblo de Penticton, visitamos el valle de Okanagan en el camino. La vista es realmente insuperable, el paisaje está lleno de montañas, altas cataratas, bosques y ríos, todo digno de una postal. Por supuesto, aprovechamos la oportunidad para hacer muchísimas fotos, sentarnos un rato en el camino y respirar el aire puro del lugar. 

Continuamos avanzando hasta la región de Revelstoke, a unos 260 kilómetros. De aquí, pasamos al Parque de los Glaciares, un verdadero manjar para la vista. Al principio pensábamos que en el parque solamente veríamos glaciares y no podríamos caminar mucho, pero lo cierto es que hay muchas rutas para hacer excursiones. Vale la pena reservarse unas horas para caminar por la zona. 

Al igual que nos sucedió en el parque Manning, no hay cobertura en todo el parque y el pago de la entrada debe hacerse en efectivo. A lo largo del parque hay algunas cabañas y lugares bien acondicionados para hacer picnic. En invierno, el parque es ideal para hacer esquí y raquetas, así como escalada. No es verdaderamente atractivo para los niños, pero valió la pena visitarlo. 

Pasamos la noche en Revelstoke, en un sitio realmente bueno, bonito y barato. La habitación en el Frontier Hotel costó 48 CAD, era cómoda y sencilla, además contaba con aparcamiento gratis, wifi y un pequeño restaurante de precios bastante ajustados, ideal para turistas. La comida no fue nada pretenciosa, pero sí muy casera y rica, que es lo importante. De hecho, comimos la típica Poutine canadiense y sándwiches calóricos de la casa. 

Ubicación Área Ciudades más cercanas Tarifas Horarios 
Columbia Británica 9520 Trans-Canadá Highway, Roger Pass BC, Canadá 1349 kilómetros cuadrados Hope, Princeton, Eastgate, Sunshine Valley 10 CAD (adultos) 8,40 (adultos mayores) 20 CAD (grupos familiares) Gratis (menores de 17 años) Abierto las 24 horas (ciertas restricciones aplican en invierno) 

Día 5: Parque Wells Gray, Revelstoke 

Muy cerca de Revelstoke, decidimos visitar el Parque Wells Gray. Es un parque provincial muy bonito, no entra en la categoría de parque nacional, pero es realmente una delicia para los sentidos. Nuestra estancia en el parque fue corta, pero sirvió para descansar, contemplar la vida salvaje y hacer senderismo. Las cascadas Dwason y Helmcken Falls nos quitaron el aliento por su increíble belleza. Más que un parque, es una verdadera reserva natural, sus más de 5000 kilómetros cuadrados de superficie alberga gran cantidad de cataratas y lagos. 

La mejor época para visitar este parque es en verano y primavera, cuando las actividades recreativas que permiten son senderismo, excursionismo, pesca, canotaje y observación de animales salvajes. Bajo ningún concepto se permite nadar en los ríos y lagos, no solo por un tema de seguridad sino también para preservar las especies del sitio. 

Para cenar y dormir decidimos alojarnos en un hostal, de los típicos Bed&Breakfast, son bastante económicos y muy bien acondicionados. Elegimos el hostal ubicado en el Valle de Clearwater, ya que nos apetecía estar cerca de la naturaleza. El desayuno fue abundante y muy calórico, justo lo que necesitábamos. La habitación nos costó unos 35 CAD. 

Ubicación Área Ciudades más cercanas Tarifas Horarios 
Columbia Británica 416 Edén Road, Clearwater, BC 5250 kilómetros cuadrados Penticton, Okanagan, Revelstoke 10 CAD (adultos) 8,40 CAD (adultos mayores) 20 CAD (grupos familiares) Gratis (menores de 17 años) Abierto las 24 horas (ciertas restricciones aplican en invierno) 

Día 6: Parque Provincial Garibaldi 

Por la mañana continuamos nuestro viaje e hicimos una parada en el Parque Provincial Garibaldi. El mayor atractivo del lugar fue el Lago Garibaldi y, aunque nos tuvimos que desviar un poco de la ruta para llegar, valió la pena visitarlo. Como todos los parques provinciales, cuenta con los servicios básicos. Conocimos el Sendero Rubble Creek, el más popular del lugar, y caminando por el parque llegamos a un sitio llamado La Barrera, desde donde puedes hacer una pausa, tomar fotos, caminar y hacer picnic. Una auténtica gozada. 

El parque cuenta con campamentos para pasar la noche, sin embargo, debes reservar por Internet con bastante antelación, ya que normalmente hay mucha demanda de visitantes de todo el mundo. Por otro lado, en el parque hay muchos osos, y hay que estar preparado para estos encuentros. 

De hecho, los campamentos más populares son el Garibaldi Lake y el Taylor Meadows. Para acampar debes tener todo tu equipo, así como provisiones y abrigos, ya que en la zona hace mucho frío y humedad por la noche, incluso en pleno verano. Algo que nos pareció negativo es que no hay agua potable en los campamentos, razón por la que finalmente decidimos no acampar y buscar alojamiento en la ruta. Nos topamos con el Mountain Retreat Hotel, ubicado a menos de media hora del parque, bastante cómodo la verdad (por la habitación pagamos 60 CAD). 

Ubicación Área Ciudades más cercanas Tarifas Horarios 
Columbia Británica, BC-99, Brackendale, BC 1950 kilómetros cuadrados  Vancouver 10 CAD (adultos) 8,40 CAD (adultos mayores) 20 CAD (grupos familiares) Gratis (menores de 17 años) Abierto las 24 horas (ciertas restricciones aplican en invierno) 

Día 7: Parque nacional Banff, Banff, Louise 

En el séptimo día de nuestra ruta por los parques del oeste canadiense, salimos de la Columbia Británica y nos dirigimos a la Provincia de Alberta, donde visitaríamos el parque más antiguo de Canadá y quizás el más emblemático: el Parque Nacional Banff.  

Con casi 7000 kilómetros cuadrados de superficie, teníamos mucho por ver y conocer en un solo día. Antes de entrar al parque, hicimos una parada obligada en el pueblo de Banff y quedamos gratamente sorprendidos por la belleza, limpieza y orden de este pueblo. Es realmente pequeño, pero cuenta con todos los servicios básicos que puedes necesitar, así que aprovechamos para comprar provisiones, poner gasolina, desayunar bien y pasar por el centro de visitantes donde muy amablemente nos dieron el mapa del parque y las recomendaciones de rigor (que a estas alturas ya conocíamos bien). 

Este parque está ubicado en las Montañas Rocosas Canadienses y limita con otros grandes parques:  

  • El parque Jasper, 
  • El parque Yoho, y 
  • El parque Kootenay. 

La autopista Trans-Canadá atraviesa el parque y es una de las vías más rápidas para viajar por la zona. 

Las atracciones que visitamos cerca del pueblo de Banff fueron:  Upper Hot Springs, un reservorio de aguas termales impresionante, y el Fairmont Banff Springs Hotel.  

También conocimos las tres estaciones de esquí utilizando el teleférico: Sunshine Village, Lake Louise Lake Resort y Mount Norquay. Otro lugar precioso a las afueras de Banff es el río Bow y su famosa catarata. 

Siguiendo nuestra ruta, condujimos 54 kilómetros desde el pueblo de Banff para conocer el Lago Louise y la aldea del mismo nombre. Es imperdonable ir al parque nacional de Banff y no visitar el Lago Louise. Una vez que llegamos al lago, fuimos a conocer la histórica Chateau Lake Louise, una construcción emblemática del siglo XIX. El agua azul turquesa del lago nos impactó. Aunque ya habíamos visto fotos, no nos pudimos creer semejante obra de la naturaleza. La fuerza que transmite el lugar es indescriptible. 

Nos quedamos cerca del lago Louise, lo que nos permitió descansar, comer con tranquilidad y buscar el mejor alojamiento para pasar la noche. La oferta de hoteles es bastante amplia en los alrededores del lago Louise, pero el común denominador son las estancias de lujo, con spa y piscina, que lógicamente son bastante caras. Nos recomendaron el Deer Lodge, un bonito hotel con aparcamiento gratis y restaurante. La habitación, muy sencilla y fresca, nos costó 82 CAD.  

Ubicación Área Ciudades más cercanas Tarifas Horarios 
Provincia de Alberta 224 Banff Avenue, Banff, AB 6641 kilómetros cuadrados Banff Calgary 10 CAD (adultos) 8,40 CAD (adultos mayores) 20 CAD (grupos familiares) Gratis (menores de 17 años) Abierto las 24 horas (ciertas restricciones aplican en invierno) 

Día 8: Jasper 

En nuestro octavo día de ruta fuimos al lago Moraine, situado a unos 15 kilómetros del Lago Louise, para luego continuar por la autopista Icefields Parkway y llegar al parque nacional Jasper. 

El lago Moraine es un lago de montaña, procedente del glaciar, que adorna el Valle de los Diez Picos. Es el lugar ideal para hacer senderismo, kayak, paseos en bote y, por supuesto, observar la naturaleza. En nuestra caminata nos encontramos que muchos senderos estaban cerrados debido a la presencia de osos. Así que solo nos conformamos con pasear, hacer fotos y comer al aire libre, que no es poco. 

Finalizada nuestra aventura en el lago Moraine, tomamos de nuevo la autopista Icefields Parkway. Esta carretera atraviesa las Montañas Rocosas y mide unos 230 kilómetros. Es una excusa perfecta para mirar por la ventana y disfrutar del paisaje. Además de ser bonita, es la vía de comunicación terrestre de los parques más importantes del oeste canadiense (Banff, Jasper, Kootenay). 

Para transitar por esta autopista es esencial tener el permiso emitido por la autoridad de parques nacionales de Canadá, que en nuestro caso tramitamos al inicio de la ruta. A lo largo del trayecto hay un sinnúmero de atracciones naturales, que nos invitarán a parar y desconectar unos minutos. Como teníamos en mente llegar al parque Jasper, hicimos solo tres paradas: el Glaciar Athabasca, el Saskachetwan River Crossing y el Campo de Hielo Columbia. 

Como ya se estaba haciendo tarde, llegamos a la ciudad de Jasper y buscamos un hotel para pasar la noche, comer un poco y preparar la ruta del siguiente día. En la ciudad de Jasper hay una oferta de hoteles y alojamientos bastante amplia, así que no fue mucho problema. Nos quedamos en el Pines Motel, el cual está muy cerca de la entrada del parque nacional Jasper. La habitación resultó ser un poco pequeña, pero fue compensado por la calidad del servicio y la comida. Fuimos a un restaurante de comida típica canadiense y probamos las especialidades del día. Contra todo pronóstico, gastamos 48 CAD por la habitación y unos 15 CAD por la comida, así que quedamos satisfechos. 

Día 9: Parque nacional Jasper, Jasper 

En el último día del viaje, visitamos el Parque nacional Jasper. Aunque no es tan popular como Banff, es un verdadero tesoro natural del oeste de Canadá. 

Mientras estuvimos en el pueblo de Jasper, nos enteramos de que había visitas guiadas al parque por lo que no dudamos en apuntarnos y aprovechar la oportunidad de que un experto en la zona nos guiara para sacar el máximo partido a la visita. Pues resultó que la visita muy interesante divertida y nos dejó con ganas de más.  

Empezamos visitando el lago Beauvert (como buen lago canadiense, sus aguas eran cristalinas, frías y tranquilas). Otro punto que conocimos, pero no tan de cerca por lo alto de la montaña, fue el Monte Robson, del cual nos enteramos que era el punto más alto de las Montañas Rocosas. El Monte Edith Cavell  fue otro de los lugares visitados, el trayecto fue agotador, pero la recompensa fue alucinante. Finalmente, aprovechamos para subir al Monte Whistler en teleférico, desde donde la vista es impresionante. 

Por suerte, el parque cuenta con lugares para hacer picnic y pequeños restaurantes para recuperar fuerzas duespues de semejante día de largas caminatas. Para completar el paseo, disfrutamos del atardecer en el Lago Pyramid desde el cual es posible divisar el Valle Malign. Altamente recomendable. 

Si hay algo que aprendimos de nuestra visita al parque nacional Jasper es que el aparcamiento escasea por la zona (algo que no ocurría en otros parques), hay muchos puntos de wifi gratis, tiene muchos puntos para comer y hay bastantes cajeros automáticos, un detalle que nos pareció perfecto. 

La mejor época para visitar el parque es desde junio hasta agosto. Por otro lado, aunque el clima es realmente bueno en esta época, siempre es importante llevar ropa de abrigo porque las tardes y las noches suelen ser muy frías.  

Otra cosa que descubrimos es que la fauna salvaje del parque siempre sale al encuentro de los visitantes, por ello no es buena idea llevar comida encima. Algunos animales están muy acostumbrados a los encuentros con humanos y te pueden llegar a acechar si ven que llevas comida. En nuestro recorrido pudimos ver osos negros, ciervos, alces, cabras de montaña e incluso lobos, lo cual nos dio bastante miedo. Como recomendación de los locales, no se puede nadar en ninguno de los lagos del parque, debido a la fragilidad del ecosistema. De hecho, los paseos en barco o botes están autorizados, pero solo con personal del parque. 

De vuelta al pueblo de Jasper, volvimos al hotel, donde cenamos y dormimos para recargar energías para el viaje de vuelta a Vancouver a la mañana siguiente. La verdad es que deberíamos haber dejado más días para visitar los parques de Banff y Jasper. Se nos hizo corto. Son parques muy grandes para los que necesitas mínimo unos 4 o 5 días para visitar en condiciones. 

Ubicación Área Ciudades más cercanas Tarifas Horarios 
Provincia de Alberta Jasper, AB 10878 kilómetros cuadrados Calgary, Edmonton, Vancouver 10 CAD (adultos) 8,40 CAD (adultos mayores) 20 CAD (grupos familiares) Gratis (menores de 17 años) Abierto las 24 horas (ciertas restricciones aplican en invierno) 

Los parques del oeste canadiense son verdaderas joyas. Después de nuestra ruta de 9 días, pasaron unos días hasta que pudimos asimilar lo vivido. Visitar estos parques es una experiencia increíble, y animo a todo el que pueda a que lo pruebe. Vale muchísimo la pena. 

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